miércoles, 27 de abril de 2016

EL SILENCIO EN LA COMUNICACIÓN


Un principio básico de la comunicación es que la no comunicación (el silencio), también comunica. En estos días, el 26 de abril, se cumplieron 30 años de la tragedia de Chernobyl, un desastre que para muchos ha representado un ejemplo de la no comunicación a lo largo de los años.

Ese día, el reactor número 4 de la central nuclear de Chernobyl (Ucrania), explotó proyectando a la atmósfera grandes cantidades de radiación nuclear que se expandió a través de la atmósfera por toda Bielorrusia, Ucrania y Rusia occidental, afectando , al paso de los días, a otras ciudades europeas, entre ellas Alemania, Austria, Francia, Suecia y Finlandia.

REACTOR 4 EN CHERNOBYL
La primera acción del gobierno, antes que evacuar de las zonas afectadas, lo cual se dio 24 horas después, fue soslayar la magnitud de la tragedia informando parcial y sesgadamente. Por ello nos fue raro que, por ejemplo, en Francia el Director del Servicio Central de Protección contra la Radiación Ionizante declarara que el riesgo para la salud era mínimo.
En realidad se ocultó la información sustancial. 

En el reciente número de la revista Proceso (2060) se cita en un reportaje especial a Marat Filipovich Kojanov, exingeniero del Instituto de Energía Nuclear: “Toda la información se convertía en secreto guardado bajo siete sellos, para no provocar pánico.”

La periodista chilena Lillian Calm Espinosa hizo un recuento de cómo la URSS ocultó información entre el 28 de abril y el 8 de mayo de 1986:

  • Abril 28. (Agencias) “La Unión Soviética admitió hoy que un accidente nuclear averió un reactor en una gigantesca planta atómica en la República Ucraniana.”
  • (Reuters).- Puntualiza  que el hecho habría permanecido silenciado si no hubiera sido porque los gobiernos de Suecia, Finlandia y Dinamarca manifestaron que “a partir del sábado” (26 de abril) una nube de material radioactivo habría pasado sobre esos países.

  • Mayo 2. (France Presse).- “La psicosis provocada por la radioactividad se extendió además a Estados Unidos, estimulado, en parte, por el hermetismo de las autoridades soviéticas que una semana después de la catástrofe de Chernobyl continúan difundiendo informaciones con cuenta gotas sobre la magnitud del accidente”.

  • Mayo 4, (UPI).- “La URSS, que ha restado importancia a lo que se considera el peor accidente nuclear en el mundo, siguió atacando los reportajes que sobre el desastre hace la prensa occidental”.

  • Mayo 8, (UPI).- El Politburó “comprometió compensación a las víctimas”, quebrando así su silencio.

El silencio, en temas de comunicación social, suela traducirse en aceptación de culpabilidad o en rumores y especulacines, con lo que la imagen y reputación de la institución –cualquiera que ésta sea- y la de sus directivos queda dañada.


Un ejemplo en México de lo que comunica el silencio
lo dio la entonces directora de la Fundación “Vamos México” cuando en conocido noticiario matutino no supo dar explicaciones sobre el reporte financiero de dicha institución y enmudeció ante una pregunta significativa.

Frente al silencio de una fuente informativa, los medios de comunicación buscan otras que puedan ofrecer información, generalmente sin sustento, o pueden generan opiniones adversas lo cual puede derivar en un agravamiento de la situación.
Un reciente ejemplo de ello lo da la columna de Ángel Verdugo, curiosamente el mismo 26 de abril, en la que se refiere a la comunicación sobre el accidente en la Planta Petroquímica de Pajaritos, Veracruz: “…al no cumplir los funcionarios con su obligación porque en vez de informar callan, sea motu proprio, o por recibir órdenes específicas para enmudecer, contribuyen —a propósito o sin proponérselo—, a que
PLANTA DE "PAJARITOS"
los rumores corran sin control alguno; así, quizás sin que ésa fuere su intención, terminan haciéndole el caldo gordo a los demagogos, que en modo alguno buscan que las cosas se aclaren sino por el contrario, su objetivo es enrarecerlas y confundir, para que sus mentiras y demagogia sean aceptadas por más mexicanos.”
En fin, aun cuando en la comunicación cara a cara el silencio puede contribuir a enfatizar un mensaje, entenderlo mejor y obtener una retroalimentación inmediata, en la comunicación social el silencio, si  no forma parte de una estrategia bien definida,  puede significar la asunción de una responsabilidad, el ocultamiento de una verdad o la plataforma de lanzamiento de rumores y especulaciones que repercuten de manera negativa en la imagen y reputación de una institución y la de sus directivos.



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